Persianas bajas, algo de luz se
filtra por las maderas viejas, esa penumbra dibuja una sala-cuarto, aposento y
guarida de este ser agazapado en un sillón.
¿Qué tanto has hecho con este lugar?, -dice el intruso- ¡Falta aire, abrí un poco las ventanas, es un
ahogo! ¡Se respira polvo!
Da un paso. Desde ese ángulo
puede ver mejor, todo lo ha llenado con libros y hojas con notas, con
garabatos. Están apiladas en la mesa, los estantes, las sillas, pilas y pilas
de libros y garabatos. En el rincón su sillón, 3 cuerpos de cuero negro y ella
agazapada encima, las rodillas cerca al
pecho. Le ha crecido el pelo, cubren su rostro como raíces, “parece” una
criatura asustada. Se ha envuelto en unos trapos, dejan ver algo de sus
huesudas piernas, las tiene atrapadas con los brazos, como si se fueran a
romper.
Da un paso más, coge una silla,
se sienta y la mira. Ahora se ha llenado de angustia, de pensamientos
estúpidos, ¿Qué te ha pasado? ¿Qué es esto? ¡Estas mal! ¿Cómo te ayudo? Aquí
estoy ahora, te voy a cuidar. Y sigue, cuanto más le pesa más habla, habla ¡Habla!
y dice y no calla, no calla más.
De pronto una pausa, se ha movido
un poco, la criatura está viva después de todo, se le ha movido el pelo, esta conciente,
respira, pausado pero respira.
Toma aire, le clava la mirada, sus ojos brillan
endemoniados, levanta un poco la mano y despliega un dedo escuálido apuntando a
la puerta.
Entonces dice _que respires mi aire me pone nerviosa_
Horror! Que bien escrito que está, felicidades!!!
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